Cuando escuchamos la palabra PET inmediatamente pensamos en una botella de agua o de refresco, pero si te dijera alguien que también es utilizado para refacciones de la maquinaria donde se elaboran diversos tipos de productos alimenticios, ¿podrías creerlo? Pues bien, este material tan fácil de aplastar y deformar puede suplir en este aspecto a otros cuatro plásticos de ingeniería. Deja te cuento una historia de éxito sobre su aplicación.

En una planta donde se procesan los chiles en vinagre en su línea de llenado se encontraron con un problema en sus guías de desgaste. Resulta que el material por el que comúnmente se opta para fabricar las guías de desgaste es el polietileno, pero al trabajar con temperatura alrededor de los 90 grados éste se deformaba. Dicha situación provocó cambiar de material al nylon sin embargo, éste no soporto el ataque químico del vinagre como lo hace el acetal, y se cambió a polipropileno pero presentó desgaste prematuro. Esta circunstancia obligó a la empresa a utilizar el PET que cubre estas cuatro carencias de los plásticos previamente usados. Así, con el PET tuvieron resultados óptimos dando un ahorro sustancial en el mantenimiento de las máquinas y tiempos muertos en la producción de los chiles en vinagre.

Por ello, así como existen los antibióticos de amplio espectro, podemos considerar al PET como un plástico de ingeniería de amplio espectro que funciona en todos los giros industriales para fabricar engranes, levas, chumaceras, estrellas alimentadoras, guías de hombro, y un sinfín de piezas que lleva la maquinaria.

No por ello los otros cuatro plásticos de ingeniería son malos, solo que cada uno tiene diferentes ventajas y hay que saber seleccionar cuál de ellos es el óptimo para cada aplicación, para lo cual debe asesorarte un buen agente de ventas en plásticos de ingeniería. 

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